ABRIMOS MELÓN: ¿TIENE MI HIJO UN PROBLEMA CON LAS PANTALLAS?

Antes de desarrollar este artículo, en el que trataremos de arrojar algo de luz sobre el complejo universo de las pantallas, nos gustaría invitarte a hacer un ejercicio de reflexión. No es obligatorio, claro, pero quién sabe, quizá nos ayude en esta difícil tarea de entender el impacto de las pantallas. ¿Alguna vez has sentido que no sabes cómo regular el uso de pantallas en tu hijo? ¿Te has preguntado hasta qué punto tiene razón tu hijo cuando defiende los beneficios de las pantallas? ¿Qué significaría para ti una correcta regulación de su uso?
Con una simple búsqueda en Internet, es fácil hacerse una idea del panorama actual en la industria de los videojuegos. Los titulares hablan por sí solos: "Las consultas por adicción a los videojuegos se cuadruplican en 2022" (Corada, 2022), o "Expertos alertan del aumento del consumo de videojuegos y piden tratarlo como una adicción" (EFE, 2022). Sin embargo, también encontramos voces que destacan los beneficios: "Los videojuegos nos aportan diversión, satisfacción vital, autoestima y autoeficacia" (Fernández Cencerrado, 2021), o incluso estudios que concluyen que "Los videojuegos pueden estar asociados a un mejor rendimiento cognitivo en los niños" (National Institute on Drug Abuse,2024). Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Son las pantallas algo que debemos regular? ¿Eliminar? ¿O simplemente aceptar? Es evidente que sentirse confuso o perdido ante este panorama es una reacción perfectamente normal.
LOS DIFERENTES ENFOQUES DE LOS PADRES
Si, como tantos otros padres, sientes miedo o incertidumbre, no sería sorprendente que tus decisiones tiendan hacia una regulación estricta del uso de las pantallas. Otros padres optan por ser más flexibles y permiten su uso con mayor libertad y a criterio del menor, mientras que algunos, sin posicionarse del todo, regulan su empleo basándose en un concepto de ocio complementario. Aunque estas estrategias difieren, todas tienen algo en común: parten de los adultos y, muchas veces, no consideran del todo lo que realmente hay detrás de las pantallas.
Como en toda interacción, es interesante poder atender a ambas partes: padres e hijos. Por ello, una aproximación más compasiva con nuestro hijo y con nosotros mismos puede partir de la curiosidad. Sólo así podremos verdaderamente vislumbrar ese mundo libre de (pre)-juicios, acercando nuestras posturas con vistas a una mejor relación: a qué juega, con quién o cuál es el propósito del juego serán preguntas que no sólo nos faciliten su comprensión, si no que favorecerán una interacción padres-hijos que permita un entendimiento y terreno común.
¿CUÁNDO LAS PANTALLAS SE CONVIERTEN EN UN PROBLEMA?
La atracción hacia las pantallas no es tan diferente de la que sentimos hacia los juegos "de toda la vida". ¿Por qué jugábamos con LEGO? ¿Qué hacía que pudiéramos pasar horas en la calle con amigos? ¿Quién no ha intentado quedarse "un gol más" en el patio? Aunque parezca sorprendente, LEGO, amigos y goles no son tan distintos de los videojuegos: jugamos porque nos divierten, nos ayudan a socializar con nuestros iguales y nos enseñan a lidiar con la frustración, la derrota o la victoria. En el proceso, conocemos a personas con intereses comunes, forjamos amistades y, a veces, tratamos de "negociar" con nuestros padres para extender un poco más el tiempo de juego.
En esencia, las pantallas no son más que adaptaciones modernas de actividades tradicionales. Como se suele decir, "ya está todo inventado": Minecraft es el LEGO digital, EAFC (antes FIFA) simula el fútbol, y Discord es como juntarse a charlar con amigos. Sin embargo, al igual que antes, lo que determina si su uso es problemático no está en el propio juego, sino en el contexto y en la forma en que se utiliza.
En edades entre primaria y secundaria, los niños necesitan equilibrar varios pilares fundamentales: escuela, familia, amigos y ocio, con un reparto relativamente equitativo. Es cierto que, con los años, amigos y diversión ganarán protagonismo (a todos nos ha pasado), pero este equilibrio es clave para un desarrollo saludable.
El verdadero problema surge con el abuso. Cuando las pantallas empiezan a desplazar otras actividades importantes, como los estudios, la interacción familiar o el tiempo con amigos, los videojuegos dejan de ser una herramienta de diversión, socialización o relajación y se convierten en una vía de escape. Este abuso genera lo que se conoce como dependencia psicológica: un hábito que proporciona placer o alivio, pero que, al repetirse, altera la voluntad y la capacidad de controlar la conducta, incluso cuando se experimentan consecuencias negativas.
RECOMENDACIONES PARA UN USO SALUDABLE DE LAS PANTALLAS
Para prevenir posibles problemas y fomentar un uso adecuado de las pantallas, aquí tienes algunas recomendaciones prácticas:
• Establece horarios claros: Define un "toque de queda tecnológico" que limite el tiempo de uso.
• Participa y supervisa: Conoce qué juegos o aplicaciones utiliza tu hijo y establece un diálogo abierto sobre sus intereses.
• Promueve otras actividades: Anima a tu hijo a dedicar tiempo a actividades fuera de la pantalla, como deportes, lectura o tiempo en familia.
• Evita el contacto con desconocidos: Usa herramientas para garantizar su seguridad en plataformas en línea.
• Aplica controles parentales: Muchas aplicaciones y dispositivos tienen opciones para restringir el contenido y el tiempo de uso. Algunas herramientas útiles incluyen:
• Google Family Link
• Qustodio
• Microsoft Family Safety
Con estas estrategias, podemos construir un enfoque equilibrado y respetuoso hacia las pantallas, ayudando a nuestros hijos a aprovechar sus beneficios sin comprometer su bienestar.
De la mano de la Asociación Española de Pediatría, nos gustaría poder brindar una serie de pautas que puedan servir de guía para vuestro día a día. Recuerda, que estas pautas son propuestas, pero pueden (y deben) ser flexibilizadas según las necesidades u oportunidades de cada familia, así como las propuestas del propio centro escolar. Con relación a los usos, es prudente recomendar:
De 0 a 6 años:
• Cero pantallas, no existe un tiempo seguro.
• Como excepción y bajo supervisión del adulto se puede usar para el contacto social con un objetivo concreto. Por ejemplo, que la persona que está al otro lado de la pantalla le cuente un cuento o le cante una canción.
De 7 a 12 años:
• Menos de una hora (incluyendo el tiempo escolar y los deberes).
• Limitar el uso de los dispositivos con acceso a Internet.
• Priorizar los factores protectores: actividades deportivas, relaciones con iguales cara a cara, contacto con la naturaleza, sueño, alimentación saludable, etc.
• Si se decide que utilicen un dispositivo es recomendable: que sea bajo la supervisión de un adulto, con dispositivos fijos y evitar el baño y dormitorio.
• Pactar límites claros previamente tanto en tiempo como en contenidos adaptados a la edad.
De 13 a 16 años:
• Menos de dos horas (incluyendo el tiempo escolar y los deberes).
• Si se permite el acceso a dispositivos -sin ser la única medida que se tome- instalar herramientas de control parental.
• Priorizar el uso de teléfonos sin acceso a internet.
• Retrasar la edad del primer móvil inteligente (con conexión a internet).
Aún así, si sientes que no sabes cómo gestionar esta “nueva realidad” de las pantallas en el día a
día de tu/s hijo/s, recuerda que pedir ayuda siempre es una opción.
No estás sol@!
A continuación, te compartimos algunas referencias bibliográficas por si quieres ampliar
información, ya que sabemos que el tema de las pantallas hoy en día da mucho de sí y genera
muchas dudas:
- 20minutos. (2023). ¿Es bueno que los niños jueguen a videojuegos? La ciencia responde. Recuperado de https://www.20minutos.es/noticia/5668430/0/es-bueno-que-jueguen-videojuegos-ciencia-responde/
- National Institute on Drug Abuse (NIDA). (2022). Los videojuegos pueden estar asociados a un mejor rendimiento cognitivo en los niños. Recuperado de https://nida.nih.gov/es/news-events/news-releases/2022/10/videojuegos-pueden-estar-asociados-mejor-rendimiento-cognitivo-ninos
- Alimente El Confidencial. (2023). Los videojuegos no dañan las capacidades cognitivas de los niños. Recuperado de https://www.alimente.elconfidencial.com/bienestar/2023-02-28/los-videojuegos-no-danan-las-capacidades-cognitivas-de-los-ninos_3579757/
- Alimente El Confidencial. (2021). ¿Son los videojuegos perjudiciales o beneficiosos?. Recuperado de https://www.alimente.elconfidencial.com/bienestar/2021-08-29/videojuegos-perjudiciales-o-beneficiosos_3250306/
- Child Mind Institute. (s.f.). Cómo establecer límites al tiempo de pantalla. Recuperado de https://childmind.org/es/articulo/como-establecer-limites-al-tiempo-de-pantalla/
- Asociación Española de Pediatría (AEP). (2024). Actualización del plan digital familiar: Recomendaciones para un uso saludable de la tecnología en la infancia y la adolescencia. Recuperado de https://www.aeped.es/sites/default/files/20241205_ndp_aep_actualizacion_plan_digital_familiar_def.pdf
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